Ha causado
revuelo mediático y político el anuncio de vicepresidente de Bolivia, Álvaro García
Linera de no insistir en su repostulación a la vicepresidencia a las elecciones
de 2019. Aunque constitucionalmente impedido de hacerlo, desde el pasado 11 de
febrero por el No al referendo constitucional, no deja de ser sorprendente que
lo haya hecho ahora. García sostiene que
ha decidido volcar sus esfuerzos a un trabajo ideológico y de capacitación en
la militancia masista para formar nuevas generaciones de líderes del MAS. En
términos futbolísticos se podría decir que García opta por trabajar con las
divisiones inferiores, de aquellas que son el semillero de los equipos. En todo
caso, suena más elegante y creíble que el anuncio de Evo quien, según dijo, más
bien optará por abrir un restaurante en el Chapare.
Sin
embargo, esa decisión refleja en realidad que algunos tiempos políticos se han
acelerado en el partido de gobierno, que dentro del MAS se están presentando
algunas tensiones, que el anuncio del vicepresidente buscan atemperar.
Una de
ellas tiene que ver con el referendo constitucional de 11 de febrero, el
triunfo del No y la posibilidad de la aparición de pugnas internas por la
sucesión de Morales y García. Para un partido poco acostumbrado a la democracia
interna este era un desafío descomunal que el MAS no se podía permitir a riesgo
de desintegrarse internamente, por ello es que Morales y García, no aceptaron
la derrota y tampoco cerraron las posibilidades de su repostulación, lo que
impidió que muestren sus orejas los posibles candidatos a la candidatura
presidencial y vice presidencial por el MAS, dejando en calma el escenario político
interno.
Sin embargo
algunas cosas han pasado en la gestión de gobierno como para que eso quede sin
cambios. Por una parte, la reciente crisis en la gestión de gobierno ha
generado una oportunidad política y discursiva para que algunos grupos que buscan un recambio político al
interior del MAS acusen a otros de no
haber llevado a cabo el “verdadero” programa del MAS. Por otro lado, se advierte una pérdida del
respaldo ciudadano a la gestión de gobierno, lo que da el argumento a algunos
sectores del MAS para postular dar señales de cambio y renovación que permitan
dar oportunidad a otros personajes del MAS.
En esas
condiciones es poco probable que el congreso del MAS a realizarse entre el 15 y
17 de este mes ratifique al binomio, lo haría solo con Morales dejando a García
en el limbo. De hecho las veces que han hablado los dirigentes del MAS sobre
las elecciones de 2019 solo se han
referido a Evo Morales como seguro candidato. Esto es algo que el vicepresidente
ha aquilatado bien y antes de que quedar
mal parado políticamente ha preferido dar un paso al costado y hacer ver como
si no le interesara una nueva postulación, anunciando su retiro a las bases.
Por ello el
anuncio del Vicepresidente, es la muestra clara de que las pungas internas han
llegado a tal punto que se hace necesario un cambio en el balance de fuerzas
internas. La cabeza de García es la punta de una cadena de hechos y de cambios
donde la habilidad política de Morales será determinante para renovar su gestión
sin que las divisiones se profundicen.