martes, 7 de octubre de 2008

EL 25 DE MAYO DE 1809, SEGÚN EL COMITÉ DEL BICENTENARIO

Como es de público conocimiento, el próximo año se cumplen 200 años del 25 de mayo de 1809, fecha del primer grito libertario de América, en la ciudad de la Plata, hoy Sucre. Para conmemorar este hecho histórico, según ley congresal 2501, se ha creado el Comité del Bicentenario que tiene como sede de sus funciones a nuestra ciudad.

Para la difusión de sus actividades y para hacer conocer los hechos históricos relativos al 25 de mayo de 1809, este Comité ha creado su página web www.bicentenario.bo , que es una iniciativa loable ya que, la red internet, se ha convertido en una herramienta poderosa de transferencia de datos e información, imprescindible en nuestros días y que, bien utilizado, puede servir para brindar información institucional e histórica sobre el 25 de mayo de 1809, no solo a nivel local sino, sobre todo, a nivel internacional.

Sin embargo, nada de esto ocurre en verdad en el sitio (www.bicentenario.bo); antes bien, la idea de tiene el Comité de los hechos del 25 de mayo está plagada de inexactitudes, irrealidades y errores de “typeo” que podrían pasarse por alto, si no fuera por que se trata de la página web de un Comité que tiene como misión realzar los hechos de mayo de 1809.

Nos referimos concretamente un artículo de esta página web que titula “Qué sucedión (sic) el 25 de mayo de 1809? (una copia de este texto está como anexo al presente trabajo).
Este artículo en el primer párrafo dice:
“El grito Libertario del 25 de Mayo de 1809, estuvo asomándose por la Audiencia de Charcas desde principios de año, cuando algunos líderes sociales se convencieron de que debían luchar contra la realeza española. Meses más tarde, el pueblo comenzaría a gestar las ideas emancipadoras”.
Al respecto, se debe indicar que el grito libertario del 25 de mayo no estuvo “asomándose” desde principios del año 1809, sino que es el resultado de un proceso social y político que, según la autorizada palabra de Estanislao Just Leo en su Comienzo de la independencia en el Alto Perú: los sucesos de Chuquisaca de 1809, empezó con la llegada en 1797 del nuevo Presidente de la Audiencia de Charcas Ramón García de León y Pizarro y todos los problemas posteriores que se dieron con los oidores de Charcas.
Obviamente, que los hechos de mayo, son también fruto de rebeliones anteriores, que marcan una especie de “estado de ánimo” (Mendoza), previo al ciclo de revoluciones libertarias que empiezan con el 25 de mayo. Como menciona René Arze en La participación popular en la guerra de la independencia, las revoluciones del 25 de mayo y del 16 de julio de 1809 no solo son fruto de las ideas políticas llegadas con la revolución francesa y con la independencia americana sino que “son el resultado de una larga serie de disturbios proyectados desde fines del siglo XVIII” (: 101) cuyo referente en relación a Charcas sería una revuelta de mestizos, en julio de 1785, conocida como “revolución de los muchachos” en repudio a los chapetones (: 103-105).
Por tanto, no es que los “lideres sociales” (sic) se hayan dado cuenta de que “debían luchar contra la realeza española” recién en 1809 sino que ella es fruto de todo un proceso social, ideológico y aún cultural, cuyo resultado es el 25 de mayo, donde claramente las ideas emancipadoras ya estaban cristalizadas y asumidas por el pueblo, y no como afirma el artículo del Comité, que las mismas empezaron a gestarse por el pueblo meses más tarde.
Más adelante se narra la detención de Jaime de Zudañez, quien habría exclamado “¡Me están llevando para ahorcarme!”. Aunque es casi imposible saber lo que dijo Zudañez en ese momento, la verdad preferimos creer que, en realidad lo que dijo Zudañez es “Patrianos, me llevan al patíbulo” que es lo que indica Gunnar Mendoza en su texto Historia de la Independencia (: 253) que, la verdad, suena un poquito más elegante y digno de un Doctor de Charcas.
Luego, el artículo de la página web del Comité, narra los efectos que tuvo el arresto de Zudañez en el pueblo y dice “El hecho cala hondo en los alrededores de la Plaza 25 de Mayo (sic), principalmente en las aulas de la Universidad de Charcas”. Lo que es un grave error ya que, en 1809, no se conocía una plaza 25 de mayo sino una Plaza Central o del Cabildo. Bajo esa lógica, nada raro que Zudañez, ese día intentase fugar hacia la plaza que hoy lleva su nombre o que, un día de esos, Montegudo, se encuentre mirando, extasiado, su propia estatua. En fin…
En otro párrafo, el artículo del Comité señala:
“Desde la Audiencia disparaban cañonazos y descargas de fusilería para amedrentar pueblo (sic). Pizarro ordena la libertad de Zudáñez, pero ya el pueblo se había amotinado y atacaron la Audiencia y tomaron preso a Pizarro; salió éste escoltado por la muchedumbre y conducido por los revolucionarios. Nadie salió herido, no se derramó una gota de sangre, relata Gabriel René Moreno”.
Aunque el artículo no señala el libro de Gabriel René Moreno, que le sirve de fuente bibliográfica para estas afirmaciones, es posible decir, a la luz de la investigación de Just Lleo que, evidentemente es el Presidente de la Audiencia, Pizarro, el que ordena la liberación de Zudañez, pero que no es evidente que Pizarro sea arrestado en ese preciso momento, sino que renuncia horas después, en un oficio dirigido al Tribunal, en la madrugada del 26 de mayo.
Por otra parte, el dato de que “no se derramó una sola gota de sangre” es muy relativa ya que según Mendoza el resultado del tumulto popular dejo “un saldo de más de 30 muertos” (: 254) y Just Lleo menciona que el escenario de los días posteriores al 25 de mayo no eran de paz, ya que un grupo “sin duda atraído por el sordo rumor del elevado número de muertos –se decía que habían sido más de treinta los cadáveres recogidos-, había vuelto portando un destrozado retrato del presidente García Pizarro, que colgó (…) en la horca levantada la noche anterior, colocándole encima un perro muerto” ( :125). Por tanto la revolución de charcas fue como todas, violenta y, obviamente, nada pacífica.
En suma, el artículo que está inscrito en la página web del Bicentenario, adolece de confusiones de tiempo, imprecisiones historiográficas y falta de seriedad en el manejo de fuentes bibliográficas. Detalles que, insistimos, podrían dejarse de lado, si no se tratara de un documento que es publicado por una institución que tiene como finalidad conmemorar los hechos históricos del 25 de mayo de 1809.

Anexo
Artículo sobre el 25 de mayo de la página web del Comité del Bicentenario


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QUÉ SUCEDIÓN EL 25 DE MAYO DE 1809?
El grito Libertario del 25 de Mayo de 1809, estuvo asomándose por la Audiencia de Charcas desde principios de año, cuando algunos líderes sociales se convencieron de que debían luchar contra la realeza española. Meses más tarde, el pueblo comenzaría a gestar las ideas emancipadoras.
Jueves 25 de mayo. El “abogado de los pobres” cae detenido y la gente se alborota con el aviso desesperado del heroico ciudadano: “¡Me están llevando para ahorcarme!”. Esta fue la voz exaltada de Jaime Zudáñez, quien en enero ya había protestado por la pretensión de la princesa Carlota de Borbón de anexar Charcas a la corona del Brasil. El hecho cala hondo en los alrededores de la Plaza 25 de Mayo, principalmente en las aulas de la Universidad de Charcas.
Esa mañana, los ánimos habían comenzado a caldearse desde muy temprano; la población, íntimamente, quizás percibía la magnitud de los acontecimientos que sucederían esa histórica jornada.
En los corrillos de la magna Universidad se incubó la rebelión. Los estudiantes, seguidos por el pueblo, exigieron la liberación de Zudáñez y la renuncia de Ramón García Pizarro, presidente de la Real Audiencia y gobernador de Chuquisaca.
“Y sucedió lo que quería y esperaba que sucediese; alborotóse el pueblo, de por sí levantisco y en la ciudad hubo gran movimiento de gente que acudía a la plaza principal y a la Audiencia. Muchos se subieron a los campanarios y comenzaron a echar a vuelo las campanas; otros prendían fogatas en las calles.
Desde la Audiencia disparaban cañonazos y descargas de fusilería para amedrentar pueblo. Pizarro ordena la libertad de Zudáñez, pero ya el pueblo se había amotinado y atacaron la Audiencia y tomaron preso a Pizarro; salió éste escoltado por la muchedumbre y conducido por los revolucionarios. Nadie salió herido, no se derramó una gota de sangre”, relata Gabriel René Moreno.
Como símbolo vivo de ese glorioso episodio de la historia, en lo más alto de la iglesia de San Francisco continúa en pie la Campana de la Libertad, cuyos ecos retumban en silencio cada 25 de Mayo.

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿NI UN PASO ATRÁS?


La política es negociación por que se basa en la pluralidad de los seres humanos y no en su homogeneidad. Al ser también búsqueda de poder son las instituciones las que permiten el diálogo entre los actores políticos para que el poderoso no lo sea tanto o para que su poder no desemboque en una forma de autoritarismo que, al final, mate la posibilidad de negociación y diálogo, es decir mate la política.

En las condiciones en las que se encuentra el país, en rigor, se hace dificultosa la política puesto que sus instituciones están en crisis: los partidos políticos han dejado de ser relevantes en la definición política o tienen una representatividad muy limitada y las regiones y sus líderes son los actores centrales en la definición de la agenda política nacional, lo que nada más hace patente el hecho de que hoy no hay una visión nacional de las cosas sino aquella que tiene como referente lo local: el MAS pese a su respaldo electoral no tiene una propuesta que incluya a los sectores medios y mestizos del país y la oposición regional únicamente solo defiende sus intereses regionales como el IDH y autonomías. En estas condiciones solo puede haber búsqueda de hegemonía y no de consenso; violencia e imposición y no búsqueda del bien común.

En este contexto de disolución del sentido de la política, en Sucre, con la demanda de Capitalía Plena no solo que se dio una regionalización sino una “citadinización” de la política, ya que era un propuesta que no atacaba las estructura misma del Estado actual sino un cambio de lugar en la sede de los poderes. Si bien los argumentos históricos que afirmaban a Sucre como capital de la república eran irrefutables, no se puede decir lo mismo del argumento que sostenía que la solución para la crisis política del país, estaba en colocar lo poderes en una suerte de centro neutral (Sucre) que aquilate las pretensiones de oriente y occidente, por el simple hecho de que la naturaleza de la crisis estatal no es geográfica sino política e ideológica. Sostener este argumento, equivale a decir que es posible evitar la caída de una casa cambiando el dormitorio de los padres.

De todas maneras este discurso logró una alta adhesión de parte de la ciudadanía sucrense y mientras la Asamblea Constituyente funcionaba en Sucre, se pudo colocar el tema de la capitalía plena en la agenda política nacional, tanto que cuando se hizo las reuniones de la suprapartidaria convocada por el vicepresidente, en octubre y noviembre de 2007, para viabilizar la Asamblea, uno de los temas centrales fue la demanda capitalina. De estas reuniones salieron ciertas propuestas para Chuquisaca que, si bien no le daban capitalía, sin postergarla o negarla, proponían aspectos concretos para su desarrollo.

La situación posterior demostró hasta qué punto el conflicto había alcanzado un punto de no retorno: ni el gobierno y el MAS estaban dispuestos a introducir el tema de la capitalía en el debate constituyente, ni el Comité Interinstitucional estaba dispuesto a “dar un paso atrás” con su demanda. En estas circunstancias, la salida lamentable no fue otra que la violencia. Una ciudad completamente movilizada, en noviembre, literalmente, hace huir a la Asamblea Constituyente, a los policías y a los movimientos sociales que llegaron a Sucre para defender “su”AC.

Si era o no posible, tanto para el gobierno como para la región, llegar a un acuerdo negociado es una pregunta que estará presente siempre. Parafraseando a Zavaleta diremos que la negociación estaba en la lógica de las cosas, pero no en la lógica de los actores de ese momento. El gobierno, por que temía perder respaldo en uno de sus bastiones más importantes como La Paz y por que los líderes del comité buscaban visibilización política y, junto a sus aliados de la media luna, el fracaso de la Asamblea por considerarla autoritaria.

De todas maneras, cuando se va la Asamblea Constituyente, de alguna manera también se diluye el mecanismo de presión más importante para el objetivo de la capitalía plena. Una de las promesas del MAS para el país y, sobre todo, para las organizaciones sociales que lo respaldaban era el logro de un nuevo texto constitucional, y no es ocioso suponer que el Gobierno de Evo Morales estaba dispuesto a ceder muchas cosas a Chuquisaca a cambio de que ella deje sesionar a la AC. La política es oportunidad y decisión y sobre todo visión de largo plazo. Los líderes pueden y tienen que ver más allá de lo que la coyuntura ofrece o promete, esa es su virtud y de alguna manera su deber. Intuir el límite de las cosas y aquilatar las propias fuerzas es la base para conseguir triunfos y también para evitar catastróficas derrotas.

Se va la AC y la política en Sucre toma otros caminos. La ciudad ingresa en la lucha electoral y tanto la capitalía plena como las autonomías son utilizados como ejes discursivos que cautivan votos en la ciudad y hacen de Savina Cuellar Prefecta. Sin embargo, estos mismos ejes no son convertidos en proyecto regional, que recoja y articule propuestas y actores políticos y sociales regionales tanto de la ciudad como del campo. A cambio, se refuerza la alianza con la media luna y se olvida de agendar la demanda de capitalía plena dentro del CONALDE, entretanto que se profundiza la división con los campesinos chuquisaqueños.

En este contexto es que uno se pregunta: por qué hasta ahora no tenemos un solo documento que nos indique cómo y con qué se logrará las autonomías y la capitalía?, ¿Por qué no existe un solo documento donde se proponga el tipo y modelo de autonomías que se quiere para la región? ¿Cuál será el régimen económico, que pueda solventar el gasto de las competencias a ser autonomizadas? ¿Se pedirá un fondo de compensación departamental? ¿Qué competencias serán autonomizadas? ¿Qué tan funcional es un régimen autonómico para el desarrollo de Chuquisaca? ¿Cómo se resolverá la ecuación autonomías departamentales con las autonomías indígenas? ¿Cuáles son los actores y su rol en estos procesos? ¿Cuál es la estrategia para generar consenso político entre los actores del campo y la ciudad? Son preguntas que todavía están sin respuesta.

Ahora, cuando en Cochabamba se está definiendo la resolución de la crisis política, hay dos temas centrales, únicos y casi excluyentes que son IDH y autonomías y no se vislumbra que la capitalía plena sea un tema central para el CONALDE y peor para el MAS. Situación que se agrava, por el hecho de que el gobierno ha retomado la iniciativa política, definiendo la agenda y su modalidad de tratamiento y los prefectos del CONALDE, están muy disminuidos no solo por que perdieron a dos prefectos en el referéndum revocatorio (Manfred y Paredes) sino por que el último intento de retomar la iniciativa política, le costó un merecido deterioro de su imagen internacional y la pérdida de uno de sus bastiones políticos en Pando, cuyo Prefecto está tras las rejas.

Dada esta situación, quizá sea pertinente preguntar: ¿ni un paso atrás?