miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL SHOCK DEL PROCESO DE CAMBIO

El brutal aumento de precios de los carburantes en un promedio de 70%, aplicado por un gobierno de izquierda, nacionalista y con rasgos populistas plantea algunas preguntas: ¿un gobierno de izquierda no debe tomar medidas como el gasolinazo?, ¿deja de ser de izquierda si lo hace?, ¿Evo se vuelve neoliberal si asume una política realista de precios?, ¿solo un gobierno neoliberal puede hacer lo que hizo el gobierno del MAS?

Como se sabe, neoliberalismo, es casi una mala palabra, evoca privatización, corrupción, negociado y pobreza, entre muchas otras. Se ha convertido en un dispositivo discursivo que anula al oponente político, que invalida sus acciones. Evo es uno de los que ha basado su discurso y capital político con la insistente acusación a sus opositores de ser neoliberales, los mismos que no han podido escapar de esta calificación, a estas alturas casi un estigma.

Una palabra que ha estado asociada al neoliberalismo es política de Shock, en el sentido de política dura, por que quien lo padece, en este caso el pueblo, queda como paralizado por tanta desgracia generado por un gobierno que, paradójicamente, dice estar de su lado. Sin embargo no todas las políticas son de Shock, solo aquellas que tienen un notable efecto desmultiplicador del dinero de la gente tienen ese calificativo, no tienen como objetivo dormir al oponente, sino despertarlo de un sueño muy parecido a la muerte: sus propugnadores esgrimen la idea de que si no se aplicaba el shock, el paciente (el pueblo) “se moría” como dijo de Paz Estensoro o “se desangraba” como dice García Linera. El decreto 21060 con su secuela de desmultiplicadora de empleo e ingresos fue una política de shock y también el decreto del gasolinazo lo es, salvo que alguien crea que un aumento tan drástico de los precios de la gasolina no tenga el objetivo de colocarnos en la realidad económica que vivimos.

Hacemos este parangón entre el serio e inmóvil Víctor Paz y el alegre y viajero Evo Morales no para ratificar el lugar común de los opinadores mediáticos que sostienen que Evo se convirtió al neoliberalismo. Como lo demuestra la experiencia internacional, el tener una economía saneada, entiéndase aquella que busca un saludable equilibrio entre ingresos y egresos no es un patrimonio de una corriente política específica, sino que es algo que aplican los gobiernos cuando se dan las condiciones políticas para hacerlo. Veamos.

Cuando Víctor Paz aplica el 21060 la coyuntura política le es favorable. Tiene mayoría congresal, los movimientos sindicales están sumamente debilitados y los partidos de izquierda viven todavía el trauma de saber que el socialismo es o no la mejor vía para llegar al capitalismo. La famosa frase de VPE de que el 21060 es coyuntural si por coyuntura hemos de entender los próximos 15 o 20 años retrata a cabalidad su talla de estadista que tiene un horizonte de largo plazo.

Cuando Evo lanza el decreto de subida de precios de los carburantes lo hace convencido de su fortaleza política: cuenta con amplia mayoría congresal, tiene una enorme influencia en el ámbito judicial, hay una manifiesta debilidad de la oposición y tiene el respaldo de la mayoría de los dirigentes sindicales y sociales dispuestos a sostener el proceso de cambio aún a costa de sus bases y de su propia popularidad. Por tanto, lo hecho por el gobierno masista se debe a un cálculo de recursos políticos antes que una adscripción a una corriente de política económica. El “gasolinazo” está basado en las siguientes premisas:

a) La popularidad de Evo y su liderazgo carismático son un capital político que puede resistir la aplicación de una política de shock. Capital que se debe cuidar y fortalecer siguiendo con la política de omnipresencia de Evo en los municipios del país, entregando obras y cheques. Es sintomático que Evo no haya sido quien de la mala noticia del proceso de cambio de precios y que lo que primero haya hecho en Bolivia, luego de dejar una estela de ayuda humanitaria en Venezuela, es entregar cheques y no explicar las razones de la aplicación de su política de shock. Evo es la cara buena, por eso no siempre da la cara, se diría, o como se dice en el ámbito popular: Evo es bueno, los malos son lo que le rodean y asesoran.

b) La inexistencia de una oposición política con capacidad de bloqueo tanto en el ámbito nacional como local. Sus principales líderes están en huida y otros están inmovilizados por diversas acusaciones judiciales, sin capacidad de articulación y de renovación de discurso.

c) Pleno respaldo de los movimientos sociales o más específicamente de su líderes a la política de shock. Ellos tienen la misión de explicar a sus bases las razones por las que el MAS no les consultó, y de que se deben beber el trago amargo de la desmultiplicación de sus escasos recursos a condición de sostener el proceso de cambio. El discurso es: suframos hoy que mañana Evo en el paraíso nos espera.
Otro dato no menos importante, es que el gobierno ha empezado a pensar en el largo plazo, Evo se siente tocado por la eternidad, piensa en su próxima gestión de gobierno y le seduce la idea de disponer de 350 millones de dólares producto del gasolinazo para su gestión.

En conflictos como el potosino, o el de las tierras bajas, Evo Morales puso en práctica las dos primeras premisas y el resultado fue una mayor fortaleza estatal, pero una fuerte pérdida de respaldo popular en esa región y sector. Éxito si, pero a un alto costo. La tercera premisa está en duda, se necesitará de habilidad política para convencer a las bases del instrumento político de que pese a que el discurso oficial dice que hoy vivimos, como nunca, en un país con ingentes recursos económicos, debemos estar, como siempre, cual mendigos sentados en trono de oro.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Franz Barrios sobre la Reconfiguración política en Chuquisaca



El pasado miércoles 4 de noviembre Franz Barrios hizo la presentación de su trabajo titulado "Recomposición de fuerzas políticas en el departamento de Chuquisaca", en el marco de de la investigación sobre Desarrollo partidario en el nivel subnacional auspiciado por FBDM y la FES-ILDIS. El video presenta una parte de la exposición.

lunes, 25 de octubre de 2010

LA ECONOMÍA DE CHUQUISACA EN 2009


Uno de los pilares del futuro proceso autonómico son los recursos económicos y el aparato productivo con los que cuenta cada región para asegurar, con sostenibilidad, las competencias a ser descentralizadas. Más allá de los componentes políticos, territoriales y competenciales, que hacen a las autonomías, creemos útil presentar algunos datos de la situación actual de la economía regional. A continuación haremos un breve análisis de la economía chuquisaqueña para los años 2008 y 2009 utilizando los datos brindados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y publicados en su página web www.ine.gov.bo .
La primera constatación es la pequeñez de la economía Chuquisaqueña, ya que su participación en el PIB nacional para el año 2008 fue de apenas de 4,63%, lo que significa que de cada 100 bs. que produce el país, en tanto bienes y servicios, apenas 4,6 bs. se producen en Chuquisaca.
El dato preocupante es que este porcentaje bajó para el año a 4,49, es decir 14 puntos, que es una pigricia en términos porcentuales pero que en monetarios significó un bajón de aproximadamente 118 millones de bolivianos en el PIB regional, lo que a su vez tuvo repercusiones en el Producto Interno Bruto per cápita que, para 2009 fue de 1.214 dólares, muy por debajo del promedio nacional de 1.683 dólares. Si ya el PIB per cápita del país es bajísimo, lo es aún más del departamento de Chuquisaca.
Un aspecto interesante en el análisis económico es que entre los años 2008 y 2009 hubo un notorio cambio en la composición del PIB departamental de Chuquisaca. En 2008 las tres principales actividades económicas estaban nucleadas en Extracción de Minas y Canteras (entiendasé gas y petróleo) con un 16,64% de participación; Servicios de la Administración Pública 15,84%; Agricultura, Silvicultura, Caza y Pesca 15,50%, lo que configuraba la identidad productiva chuquisaqueña: minero y petrolífera primero, burocrática después y agropecuaria luego.

Esta composición sufre un notorio cambio para el 2009, ya que los tres primero sectores que se destacan en la composición del PIB, son servicios de la Administración Pública 19,81%; Agricultura, Silvicultura, Caza y Pesca 16,03%; Industrias Manufactureras 14,68%, quedando la explotación de Extracción de Minas y Canteras 8,96% en un deshonroso quinto lugar. Es decir Chuquisaca se hace primero burocrático, segundo agricultor y luego petrolífero.

¿A qué se debe este cambio?, pues no a un sustancial desarrollo de la producción agrícola que en promedio creció en un 1, 5 % sino a un repunte del sector manufacturero que creció en casi un 8% y, lo que es preocupante, a un gran descenso de la actividad extractiva centrada en la actividad petrolífera que registró una disminución de 12,89%, y de la producción gasífera que descendió en un 23, 77 %., en la misma medida en que el campo Monteagudo y Vuelta Grande registraban un histórico descenso en su producción.

Si tomamos en cuenta que el gas es el 97% de las exportaciones de Chuquisaca, estos cambios han tenido impactos negativos en el conjunto de las exportaciones departamentales y, por supuesto, en la cantidad de recursos departamentales ya que el bajón en la producción gasífera representó una merma de 84 millones de dólares que dejaron de percibir las arcas nacionales y departamentales o dicho en términos más dramáticos 84 millones de dólares menos para salir de la pobreza.
Esta situación también tuvo efectos negativos en los ingresos de la Prefectura hoy Gobernación, ya que dejo de percibir por conceptos de Impuesto especial a los hidrocarburos 24 millones de bs., y por el conocido Impuesto Directo a los hidrocarburos (IDH) 38 millones de bs, que hacen un total de 62 millones de bolivianos menos para proyectos de desarrollo.

La buena noticia en este panorama, es que la producción de cemento, que hoy se ofrece como una posibilidad para el desarrollo de cadenas productivas, ha registrado un asenso entre 2008 y 2009 de 17,53%, teniendo como uno de sus importante mercados a Chuquisaca ya que un 18,13% del cemento de FANCESA se vende en este departamento , lo que es un reflejo del entusiasmo por la construcción y casa propia que aqueja a buena parte de nuestra población.

En suma, el gran desafío para la gobernación departamental estriba en cambiar la tendencia decreciente de la producción petrolífera y gasífera de Chuquisaca. Esto se logrará, por supuesto, con mayores inversiones que ha asegurado el gobierno nacional y lo que es más importante, con planes y proyectos que destinen los recursos hidrocarburíferos a actividades productivas que diversifiquen nuestra producción y nuestros bienes exportables. Cosas obvias, pero muy poco debatidas y peor tomadas en cuenta en nuestra región.

jueves, 5 de agosto de 2010

Potosí dos minutos antes del conflicto








PIB per cápita de Potosí es de 483 dólares cuando el promedio nacional es 882 y de Santa Cruz 1203 dólares

6 de cada 10 potosinos son indigentes.

8 de cada 10 hogares son pobres.

3 provincias potosinas son las más pobres de Bolivia: Charcas, Ibáñes y Chayanta.

3 de cada 10 potosinos no saben leer y escribir.

5 de cada 10 hogares potosinos no tienen acceso a agua por cañería.

sábado, 31 de julio de 2010

EL CONFLICTO POTOSINO


De pronto, Potosí nuevamente en el centro de la a(tensión): hace tres días que está en huelga general con el consiguiente bloqueo de caminos. Sus pedidos no son pocos: exigen que el gobierno construya una fábrica de cemento, expulse a los "invasores" orureños de cierta parte de Potosí, reactive un elefante blanco como Karachipampa y, por su fuera poco, piden que se racionalice la explotación del famoso Cerro de Plata “creador de la nacionalidad” como alegremente suele decir un acucioso reportero de esos lares.

El gobierno en un franco desconocimiento de la cultura política citadina, esa que llevó a negar tres veces la explotación de los recursos evaporíticos del salar de Uyuni, ha dado un paso en falso, vacío de cálculo político y lleno de soberbia: no negociará mientras persista el conflicto, dejando a su obsecuente y revolucionaria bancada parlamentaria al borde de un ataque de nervios, con riesgo de ser los más perjudicados por el fuego cruzado.

El desenlace lo podemos prever: el gobierno irá a Potosí a negociar y cederá en algún punto del pliego de peticiones, probablemente en la construcción de una planta de cemento y dejará para el trabajo en comisiones los otros aspectos, es decir que cederá en aquel pedido que moviliza a los campesinos de Coroma, la verdadera base social del conflicto.

miércoles, 2 de junio de 2010

EL ANTIFAZ Y EL ANTIMAS


Se diga lo que se diga la última alianza entre el MAS y los otrora furiosos antimasistas, Arraya, Martínez y Rodríguez, tiene olor al oportunismo más ramplón, de esos que han sido norma en nuestro país, tanto en el proceso democrático reciente y a lo largo de su propia historia, (en 1884, el millonario Aniceto Arce cuando se presentaba como candidato presidencial hablaba del billete contra el billete y del cheque contra el cheque, como lógica prebendal de la política).

En la Alcaldía esta situación, en el corto plazo eso significará la falta de gobernabilidad en el municipio y, en el largo plazo, el descrédito de la actividad política, que fabrica terrenos fértiles para la aparición de la antipolítica populista con su cohorte de fantoches, equilibristas y demagogos de toda laya.

Esta situación nos permite proponer dos hipótesis a) que el proyecto del Comité Interinstitucional en realidad solo era un proyecto conservador que buscaba hacer fracasar la Asamblea Constituyente y derribar al MAS en el gobierno. Por esto sus íconos y líderes se pasan de bando sin el menor rubor y b) que la tan publicitada “nueva” forma de hacer política del MAS, en realidad se resume al copamiento simple y llano del poder. Es decir la ciudad de Sucre carece de proyecto regional y de cultura política democrática.

martes, 25 de mayo de 2010

Una carta del Arzobispo Benito Moxó al Presidente de la Audiencia de Charcas Ramón García Pizarro en los días previos a la revolución del 25 de mayo


La revolución del 25 de mayo de 1809 en la ciudad de La Plata, hoy Sucre, es el resultado de una serie de sucesos, estrategias y acciones que despliegan los revolucionarios y los oidores de la audiencia de Charcas, con la finalidad política de deponer al Presidente de la Audiencia Ramón García Pizarro.

Estas acciones estaban centradas en generar el descrédito de los representantes de la Corona (El Virrey Liniers, Goyeneche, Pizarro) acusándolos de estar con los intereses de Carlota de Portugal y, por tanto, de ser traidores al Rey de España Fernando VII, cautivo por las tropas de Bonaparte.

Los días previos al estallido revolucionario de Charcas, son tiempos de confusión y caos donde las conversaciones diarias giran en torno al futuro de un gobierno que, en los pasquines, es tachado de traidor y sobre la forma de deponerlo sin que por ello se vea mermada la imagen de fidelidad al Rey. Por debajo, por supuesto, bullen una serie de resentimientos no olvidados y odios acumulados, que son fermento para la rebelión.

¿Cómo eran los días previos a la revolución del 25 de mayo en la ciudad de La Plata sede de la Audiencia de Charcas? Para responder, muy parcialmente por cierto, a esta interrogante, reseñaremos un documento poco conocido por los estudios sobre la revolución que es el Informe del Arzobispo Moxó al Presidente Pizarro, enviada el 18 de abril de 1809 .



El arzobispo Benito Moxó de Francoli

Benet María de Moixó de Francolí, nació en la villa catalana de Cervera, España. Hombre de grandes dotes culturales y afición por la investigación, luego de formarse con los benedictinos, al promediar los 21 años se doctoró en filosofía con una formación humanística. En 1803 fue obispo auxiliar en Michoacán donde estudió las antigüedades mesoamericanas. (Barnadas 2002: 24)

Cuando Moxó llegó a la ciudad de La Plata el 1 de enero de 1807, contaba con 44 años. En ese entonces, ya era una ciudad cruzada por todo tipo de enemistades, odios y debilitamiento de la autoridad que, naturalmente, dificultaron dos de sus primordiales objetivos: la reforma del Seminario San Cristóbal y del Clero Parroquial.

En lo político, sus biógrafos los pintan como un hombre culto pero ingenuo. Barnadas dice de él que llegó a “Charcas con toda la buena voluntad y toda la inexperiencia del mundo, porque al fin de cuentas era un sabio ingenuo” (:24). Por ello, quizá lo más interesante de las ideas políticas de Moxó sea que creía en las normas, expresadas en su fidelidad al rey y al orden establecido, sin importar mucho su naturaleza. Una frase quizá lo retrata fielmente: en 1815, Moxó aconsejaba obedecer a los superiores, “sean los que fueren, y no deis motivos a que los impíos se burlen de vuestra religión” (en Just 1994: 359) ya que el súbdito debe respetar a “todas las autoridades legítimas, ya fuesen eclesiásticas o civiles”.

Por tanto, cuando El Presidente de la Audiencia García Pizarro, en abril de 1809, le solicita consejo respecto a las acciones pertinentes hacer para detener el proceso de rebelión no es extraño que mucha de esa ingenuidad política se trasunte en el texto.

2.- El Obispo Moxó describe la situación de La Plata

En la primera parte del informe, Moxó alude a que las novedades diarias de pasquines insolentes, pandillas nocturnas y cantares alusivos a los sucesos de Montevideo , deben despertar los ciudades del Gobierno para precaver alguna revolución repentina que preparan estos atentados (subrayado en el original). Y desea V.E. que yo le diga si concibo que será precaución necesaria el aumento de la tropa veterana, que guarnece esta Capital en defecto de las milicias de que carecemos.

En el informe, Moxó antes de responder a las solicitudes de Pizarro, es decir antes de dar su opinión respecto al aumento de tropas, trata de explicar las causas de la situación que atravesaba la ciudad de La Plata. Primero hace una descripción de la plebe para luego hablar sobre el origen de los disturbios.
Dice Moxó cuando se refiere a la “índole moral de este pueblo”:

La plebe de este vecindario es una de las más dóciles y quietas que he conocido en todo el Perú. Los indios que forman su mayor número, pasan todo el día en la soledad de los campos ya apacentando sus escasos ganados, ya cultivando sus miserables haciendas, mientras sus mujeres e hijas traen a la ciudad los frutos de uno y otro, y sentados tranquilamente en la plaza o en las esquinas de las principales calles, aguardan sin la menor impaciencia, por muchas horas a que se presente algún comprador. Los que se llaman mestizos, mulatos o cholos, son aquí como en toda la América, mucho más activos, mucho más perspicaces y mucho más vehementes en sus deseos, que los indios; pero he reparado con grande admiración, que se dejan persuadir con gran facilidad. Reciben con respeto las órdenes del Gobierno y las obedecen al instante, como conozcan que son justas

Sin embargo, esta natural docilidad es rota cuando se juntan a beber y cantar:
Solo son temibles cuando se les permite juntarse de noche porque entonces se convocan hombres y mujeres al son de sus rústicos instrumentos: se atrapan en las tabernas y pulperías donde se convidan y provocan mutuamente a beber con demasía hasta que inflados por la chicha y el aguardiente salen furiosos en numerosas pandillas, a correr por los barrios y cuarteles, dando gritos muy desacompasados

Ese es el punto en que la plebe puede tornarse peligrosa para el gobierno, ya que
En semejantes momentos un pueblo salvaje es capaz de los mayores excesos. Ha saltado ya la sagrada barrera de la religión y está muy dispuesto para atravesar los límites de la subordinación y de la fidelidad por un movimiento súbito, ciego, violento y casi irremisible. Basta a veces que un malvado grite alarma, para que lo repitan al momento muchos otros, y haciendo general esa terrible voz en un abrir y cerrar de ojos, se levante la chuzma de aquellos corrillos medio ebrios hombres y mujeres y se arrojen a los más execrables desacatos. Y cuantas veces se ha visto que cuando había llegado a su colmo aquella efervescencia, tomaban una tea o un puñal, cometían incendios o asesinatos y atropellaban a los ministros de justicia que pretendían vanamente sosegarlos”.

Dado este diagnóstico Moxó, propone que se corten con suavidad y disimulo esas juntas nocturnas, particularmente en las vigilias de las grandes solemnidades, en que son infinitamente más numerosas y turbulentas

Solución que de no ser escuchada por Pizarro “no solo quedaría una puerta abierta a las sediciones populares, sino que quizá con el tiempo se arruinaría por ahí el grande edificio de la República”

Según esta lectura, el pueblo ha de reconocer y respetar las leyes siempre y cuando sepa que esas órdenes son justas, y son justas, no tanto de que lo sean en sí mismas, sino de la persona de quien dimanan las leyes.

Esta concepción del pueblo, racista en muchos sentidos, como incapaz de manejarse por sí mismo es más o menos un lugar común en la idea que se hacen los propios contemporáneos sobre los actores del 25 de mayo de 1809. Según esta visión los indios y los cholos carecen de ideas políticas, no tienen capacidad de ilustración, por tanto, no pueden ser el origen de un disturbio político. Si se vuelve irrespetuoso a la autoridad es porque bebe y cree en la voz de los malvados que para Moxó son
aquellas voces que al principio se propagaban con alguna timidez y como suele decirse a sombra de tejado, corrieron dentro de algunas semanas de barrio en barrio y de calle en calle , y hallaron quien se atreviese a sostenerlos y apoyarlos casi a cara descubierta: con este auxilio tomaron en breve mucho cuerpo. Como una llama que encendida por una débil centella sube hasta las copas de los árboles y consume en pocas horas un gran bosque.

Luego de hacer esta descripción de la “la índole moral” del vecindario de La Plata, Moxó se propone describir el “verdadero y único origen de donde en mi concepto dimanan los actuales disturbios”

La carta es clara al señalar que, una vez que se conocieron las noticias
del pérfido Bonaparte y de la traición del ingrato Godoy, de estar confinado en Francia nuestro adorado Monarca y del entusiasmo que toda la Nación española había tomado las armas para vengar la patria; se esparcieron aquí mil voces y anécdotas sediciosas contra el Exmo Sor Virey el Gral Liniers que con tanta entereza gobierna estas provincias del Río de la Plata,
al que se acusaba de tener inteligencia con Bonaparte; y ya por el contrario se aseguraba que quería entregarnos por sorpresa a la corte de yaneico que se hicieron correr con la mayor irresponsabilidad

Para lograr estos fines:
“cada día se inventaban especies nuevas para que exasperasen más y más los ánimos de los incautos y nunca faltase pábulo a la detestable detracción.
Noticias nuevas que no tenían origen en la propia capital sino que venían muchas de ellas de una
“oficina de un puerto Celebre [Buenos Aires] de nuestras costas llegaba a estos parajes alguna carta, diario o gazeta llena de groserías y desenfrenadas calumnias, estos papeles ern buscados leídos y comentados con mayor priza, desvelo y afán que los periódicos ultramarinos en que se referían los triunfos inesperados de nuestros compatriotas”.

Y para mostrar la gravedad de estos afanes subversivos Moxo señala que
este fue pues, Señor Exmo. este fue a lo que yo entiendo el origen de los sustos cuidados y pesadumbres que en el día nos rodean y ya en cierto modo nos inundan. No importa que el pueblo bajo no tomase parte en semejantes excesos, pues no por eso se libró de su maligna influencia.

Luego de estas consideraciones Moxó respondiendo a la solicitud de García Pizarro aconseja que nunca ha convenido más que en las presentes circunstancias, que todas las noches salgan a rondar por la ciudad varias patrullas de una competente fuerza, ya para impedir que se junte a deshora la chusma, ya para disipar y ahuyentar las pandillas que se hubiesen empezado a formar

Consejos que, no obstante ser tomados en cuenta por García Pizarro, fueron absolutamente ineficaces para detener algo que se había incubado en la sociedad colonial desde décadas atrás.

lunes, 15 de febrero de 2010

HAITI UN SEGUNDO ANTES DEL SISMO



2.2: porcentaje de adultos con vih.

11: teléfonos por cada mil personas.

22: porcentaje de niños menores de cinco
años con desnutrición.

24: porcentaje de nacimientos asistidos
por personal médico capacitado.

57: niños de cada mil,
índice de mortandad infantil.

58: porcentaje de la población
con acceso a agua potable.

59.5: número de años que vive en promedio
un ciudadano haitiano.

80: porcentaje de haitianos que vive con
menos de dos dólares diarios.

95: porcentaje de la población haitiana que
desciende de esclavos negros.

167: millones de dólares que Haití debe a
Venezuela.

380: miles de niños huérfanos.

1,200: millones de dólares que Haití debe al
Fondo Monetario Internacional.

(Letras Libres, febrero 2010)

miércoles, 10 de febrero de 2010

Félix Patzi

A estas alturas, ya no se sabe de qué es acusado Félix Patzy: si de tomar unas copas demás, de conducir ebrio, de renunciar a su candidatura, de no renunciar a su candidatura,  de no obedecer a sus bases, de no obedecer a Evo Morales. En realidad ¿qué es lo que la cúpula masista critica en Patzi? Su propensión demostrada a la bebida?, su falta al conducir ebrio?, su falta de acatamiento a la bases? ¿su negativa a renunciar. En realidad qué es Patzi?. Borracho?, Irresponsable?, desobediente? o   descarriado?
Lo cierto es que el conflicto desatado en el MAS es también una lucha en los medios. Esos medios que hace algunos años, cuando Evo era un solitario diputado cocalero, le habían generado una imagen de penosa víctima  del poder y sus excesos, hoy lo convierte en el líder que desoye sino a todas las bases por lo menos a una buena parte de ellas.  Mientras Pazti, cual Sísifo irredento, sudoroso y empecinado, bajo un implacable sol altiplánico va amontonando adobes, el gobierno se muestra indiferente y poderoso, y de la mano del elegante Sacha Llorenti se labra una imagen pública que está a contra ruta del discurso masista: mandar obedeciendo. 

martes, 9 de febrero de 2010

ESTADO Y SOCIEDAD EN LA VISIÓN DE TRES ANALISTAS


El año pasado se publicó un interesante libro, Tensiones Irresueltas, (PNUD-Plural, 2009) que recoge una serie de ponencias realizadas en Oxford Inglaterra en una conferencia que, en palabras de uno de los editores, buscaba “juntar algunas de las visiones más claras y coherentes que ofrecen las posiciones en debate” sobre el pasado y el presente de Bolivia. Efectivamente, en el libro están reconocidos intelectuales, unos conocidos y otros no tanto, pero que en conjunto ofrecen una muy buena panorámica de la sociedad, la economía y la política en Bolivia.

En esta reseña nos abocaremos a ofrecer una panorámica sobre los textos que se refieren al tema político (el libro, además, contiene aportes históricos y económicos), en los artículos de tres politólogos bolivianos. Concretamente veremos la reflexión en torno al poder constituyente y poder constituido de Luis Tapia; un análisis sobre la relación estado-sociedad de Georges Gray Molina y un análisis crítico del Estado de derecho y democracia de Franz Barrios Suvelza.

Luis Tapia en su texto La constitución del país y las reformas a la constitución política del Estado, parte del hecho de que la constitución anterior (a la promulgada por Evo Morales se entiende) no recogía la diversidad social, política y cultural del país es decir que “la Constitución Política solo da(ba) cuenta de una parte de la realidad social y política existente y casi no menciona(ba) a la mayor parte de la población” (181). Basado en los aportes del pensador del Marxista Italiano Antonio Negri, propone diferenciar conceptualmente entre poder constituido (instituciones, normas, la CPE en suma) y poder constituyente (sujetos y fuerzas sociales como productores o transformadores de aquella).

Para Tapia, en la década de los noventa se habrían dado cambios en la constitución con reformas, si bien positivas, provenientes de “organismos internacionales y otras agencias estatales de cooperación” (185). Tapia se refiere sobre todo a instituciones que han sufrido un notorio menoscabo en los últimos años: el defensor del pueblo, el tribunal constitucional y las superintendencias sectoriales.

Sin embargo, para este autor, hay otro conjunto de reformas a la constitución que, a diferencia de los anteriores, responden a las demandas del poder constituyente (demandas desde la base), que parten de una crítica al monopolio de la política, a la transnacionalización de la propiedad y el carácter colonial del Estado, que forman los ejes del discurso revolucionario hoy y que tienen a la democracia directa como su forma de organización política. Tapia sostiene que los núcleos de ese poder constituyente están en la Coordinadora del Agua, en los pueblos del oriente y en los movimientos campesinos del altiplano y los valles centrales del país, que son los que derrocan a dos gobiernos considerados como neoliberales.

Tapia se pregunta ¿por qué este poder constituyente no termina por generar un proceso revolucionario, sino por la realización de una Asamblea Constituyente? Tapia sostiene que esto se debe a que por una parte “la democracia representativa está incorporada a la cultura política de los núcleos populares y comunitarios” y la “existencia de un partido de trabajadores en el sistema de partidos que ha servido para canalizar una salida a través de un recambio en el seno mismo del sistema de partidos” (: 188). Sin embargo este hecho no está exento de problemas ya que, en la medida en que el MAS está en el gobierno, esto mismo ha hecho que las redes de movilización no se hayan recreado y desarrollado haciendo que el “poder constituyente esté latente, fragmentado y, podríamos decir, en buena medida fuera de la Asamblea Constituyente”(: 190). Lo que marca las tensiones que surgen cuando los movimientos sociales que por definición no son Estado, están en el gobierno.

La ponencia de Gray Molina, en su Relaciones Estado/sociedad en Bolivia: la fuerza de la debilidad, parte de dos preguntas que buscan polemizar con las posiciones de los intelectuales de la actual izquierda. Una de ellas es: si el estado boliviano es tan débil ¿cómo han gobernado las elites políticas en el siglo XX?, es decir si el Estado representa solo a una parte de la población ¿cómo es que ese estado sobrevivió?. La respuesta, nos dice Gray Molina, es que en la historia de Bolivia existe un pluralismo institucional que, para el caso de la sociedad post-52, hace que el Estado delegue “efectivamente esferas de autoridad y dimensiones de poder a la sociedad civil organizada mediante un mecanismo de institucionalidad múltiple” (: 128) que permite autonomías de facto en niveles locales y regionales de gobierno, que puede llamarse pluralismo institucional o, a la manera de Guillermo O`Donnell, “Estado con huecos”.

Para Grey Molina, esta situación es “una característica estructural del Estado, no una anomalía” (: 138), es un modus vivendi que se ha formado a lo largo de la historia republicana de nuestro país, que permite acomodaciones entre elites de diverso tipo, la acción de entidades no estatales allá donde el Estado no puede llegar o es débil.

Esta situación puede también explicar la otra pregunta de Gray Molina: ¿por qué no prevaleció la política étnica en el siglo XX?, es decir ¿por qué la politización étnica no aparece en los 50 y lo hace en la década de los 90?. Según Grey Molina, en el siglo XIX se habría dado entre el Estado republicano y las comunidades indígenas, una especie de pacto en que el estado se comprometía a no tocar las tierras de comunidad a cambio de recibir el imprescindible tributo. Para este autor, el Estado que nace con la revolución de 1952, habría heredado este sistema de inclusión clientelista corporativo que funcionó, luego, en base al pacto militar campesino, que fue roto abruptamente después de la masacre de Epizana Cochabamba en 1974, año que marca la aparición de partidos de corte étnico, aunque durante muchos años con bajo perfil electoral, ya que los partidos como el MRTK y el MITKA nunca pudieron superar el 3% del electorado.

Procesos como la descentralización municipal, la aparición del discurso de las dos bolivias (la kára y la india) en desmedro de la idea pluricultural de Bolivia, en un contexto de descrédito de los partidos políticos, en la percepción de Gray Molina, llevan a la elección a Evo Morales y a la Asamblea Constituyente como mecanismo de participación directa que, como vimos con Tapia, es la forma de participación política propia de los movimientos sociales.

Otro título es La debilidad del exceso: Democracia desbordada y Estado boliviano de Franz Barrios Suvelza. El artículo parte de una discusión teórica donde polemiza el ensamblaje entre democracia y Estado de Derecho, afirmando que es posible, para el caso boliviano, hablar de un Estado democrático sin Estado de Derecho y, además, sin un perfil liberal” (: 150), estilo de Estado que se caracterizaría por “no blindar ciertos ámbitos dentro del Estado frente a lo democrático y lo político”(: 146).

Para probar esta hipótesis Barrios procede a mostrarnos algunos datos, como el proceso de reclutamiento de personal para la burocracia estatal que no tiene como referente lo meritocrático sino el grado de vinculación y respaldo de los movimientos sociales, bajo la lógica de que ellos son los que deben guiar el proceso de cambio y de escoger a los titulares de los cargos en el Estado.

Otro de los datos que esgrime Barrios, tiene que ver con lo que él denomina el “rango metafísico” (:157) de la Asamblea Constituyente que, en su origen, declaró estar por encima de todos los poderes constituidos lo que le llevó a una serie de contradicciones y a duras tensiones tanto con el poder legislativo como con el tribunal constitucional, cuyo desmantelamiento sería otra de las pruebas de este carácter invasivo de la democracia en ámbitos apolíticos.

Por último Barrios hace un análisis del proyectado “Control social” que, en criterio del autor, condensa la concepción de la superación de la democracia representativa por la democracia directa y la conducción del proceso por los movimientos sociales antes que por los órganos instituidos. Para Barrios, este proyecto se lo piensa como sustituto del Tribunal Constitucional, es decir un poder sobre los poderes, con la notable diferencia de que el Tribunal constitucional es (o era) un organismo apolítico y blindado a la democracia y el control social es una instancia política.

Mi opinión. Pienso que el texto de Tapia es muy útil para comprender la crisis actual del Estado boliviano, su tesis de que la constitución boliviana “pre-Evo” estaba construida de tal forma que no tomaba en cuenta a la otredad indígena de este país no deja de ser interesante. Sin embargo, creo que planteada de manera maniquea y dicotómica no permite ver la realidad concreta de la construcción del Estado boliviano que delega funciones, que negocia una y otra vez su capacidad política, que permite autonomías allá donde no puede llegar o es débil. En ese sentido, la tesis de Grey Molina de un Estado con una pluralidad institucional, parece más cercano a la realidad y más fructífero desde el punto de vista teórico. Por su parte, no deja de ser reveladora la crítica del proceso político actual de Barrios Suvelza, en la que se analiza el desborde de la democracia y se advierte del peligro de un Estado sin división horizontal de poderes y donde la democracia directa termina por subsumir a la democracia representativa.

martes, 2 de febrero de 2010

Apuntes en torno a la coyuntura política post elecciones presidenciales de diciembre de 2009


En el presente trabajo, hacemos un acercamiento a la coyuntura política actual, a partir de describir las condiciones institucionales y discursivas de la política en las que se resolvió la crisis estatal, inaugurando un nuevo ciclo político que tiene en la nueva Constitución Política del Estado el marco institucional para el nuevo Estado y, en el MAS y los movimientos sociales, a sus actores más visibles. Por tanto, haremos un análisis de los resultados del proceso de transición estatal caracterizado por una aguda polarización política, que derivó en pungas y enfrentamientos facticos, discursivos y electorales, donde la política tuvo como escenarios: las calles, los medios de comunicación y las urnas. Finalmente veremos, cual es la situación de Chuquisaca en este contexto.

Uno de los primeros datos que nos debe llamar la atención, es que la polarización política que había caracterizado a la crisis estatal entre enero de 2000 y 2008, ha sido resuelta de manera que hoy el Estado vuelve a tener el suficiente poder y legitimidad como para generar cohesión y certidumbre social y política en torno a un proyecto de Estado que es la nueva CPE, lo que amplía su capacidad de ser el eje ordenador de la política en el país.

Esta crisis tuvo una resolución fáctica por que las fuerzas de oposición hoy carecen de capacidad real para ejercitar presión social y política sobre el gobierno. Sus sucesivos esfuerzos por tratar de postergar, encauzar, modificar o simplemente bloquear la política gubernamental por la vía del conflicto social fueron momentos que generaron agudas tensiones, que obligaron al gobierno a ir a la negociación, pero que en lo sustancial no pudieron generar una posibilidad de regreso a la situación anterior, a la de los años de la democracia pactada. Las diversas coyunturas de referéndums autonómicos, el ataque a instituciones estatales, el bloqueo a las sesiones de la Asamblea Constituyente, fueron momentos de punga fáctica, casi militar, de toma de posiciones, donde el Estado parecía incapaz de poder ejercer el mando o que parecía estaba rebasado por fuerzas locales ligadas a los movimientos cívicos y prefecturales. Fue la acción combinada de las fuerzas gubernamentales y de los movimientos sociales, lo que lograron detener un proceso y servir de apoyo a un gobierno que en algunos momentos parecía que perdía el control de la situación.

En ese marco, la oposición jugó un rol mucho más efectivo, es decir, con mayor capacidad de efecto político, en el seno del Poder Legislativo, en la cámara de senadores, donde tenía mayoría. Fue una situación inédita, desde la UDP, de “gobierno dividido”(Mayorga) donde el poder legislativo no respondía a las directrices del poder ejecutivo y que utilizó éste poder para postergar o bloquear muchas de las iniciativas legislativas del gobierno, lo que se acrecentaba con la norma de dos tercios de votos para la aprobación de algunas leyes y designaciones. Ante esto el Gobierno recurrió a los decretos y a los cercos, para tratar de vencer esta barrera.

Otro elemento son los resultados electorales. La elección de 2005 representó el derrumbe y la caída de los partidos y los pactos políticos (“democracia pactada”) como forma de gobernabilidad política. A partir de 2005 la asistencia a la urnas no solo que ratifica la adhesión de la ciudadanía al gobernante MAS sino que se convierte en poderoso instrumento para restarle poder a la oposición. Así en las elecciones revocatorias de 2008 Evo Morales sube su caudal electoral en casi 10 puntos porcentuales y dos de sus adversarios como José Luis Paredes y Manfred Reyes son revocados, con lo que consolida su poder en la parte occidental del país y amplía en el oriente. Finalmente, en las últimas elecciones presidenciales convocadas en el marco de la nueva CPE, sube mucho más su apoyo logrando ampliar su capacidad hegemónica con dos tercios tanto en diputados como en senadores.

Todos estos procesos están enmarcados dentro de cierto “orden del discurso” (Foucault) cuyos elementos como la defensa de los recursos naturales, la relación entre estado central y regiones y la interculturalidad, son elementos discursivos que son jugados mejor y más rápido por los actores políticos del MAS, que logran situar esos temas en el campo discursivo boliviano. Si bien la oposición nunca negó la importancia de estos temas, trató de colocar también aspectos como modernidad y democracia que se condensaban en su propuesta autonómica. Este discurso dio indudablemente réditos políticos: una y otra vez se mostró a las autonomías como procesos contrarios a la concentración de poder y al autoritarismo del MAS. Sin embargo, una vez que este tema es introducido en la nueva Constitución y es asimilado por el MAS, que lo integra a su propio discurso, el MAS logra convertirse en el eje ordenador del proceso.

El resultado de todo esto es la aparición de un sistema de partidos nacional con partido hegemónico, el MAS, que sustituye al anterior sistema multipartidista moderado con tres partidos políticos (MNR ADN y MIR). Esta hegemonía es tanto electoral como legislativa: la situación de Gobierno dividido ha sido superada por que la oposición ya no tiene mayoría en la Cámara de Senadores y el MAS no necesita de alianzas o acuerdos ya que tiene dos tercios de votos, lo que le permite una mayor dinamicidad en la aprobación de leyes y de nombramientos.

Un tema pendiente es saber si continuará la “división vertical de poderes” (Mayorga) que genera una punga entre los prefectos de oposición y el gobierno central. En esa medida, las futuras elecciones para Gobernador y Alcalde nos podrán señalar si se puede hablar de un sistema de partidos más acotado a las regiones o a los municipios con movimientos ciudadanos que logren un perfilo propio al margen del MAS o de los partidos de oposición.

Dadas estas condiciones uno puede caer en la tentación de pensar que dado que la resolución de la crisis fue resuelta favorablemente al MAS, este proceso estuvo exento de búsqueda de consensos, de alianzas con actores estratégicos o de cambios de discurso de parte del MAS. Uno puede pensar que la ideología plurinacional devino en una hegemonía indígena y que el MAS no sólo que no puede sino que no desea ningún tipo de acuerdo con ningún otro sector que pertenezca a su espacio político. No. La historia de la hegemonía masista tiene sucesos donde integra a la clase media, modera su discurso indigenista, se hace conservador y pactario, integra discursos de otros ámbitos coopta y a la vez anula a potenciales adversarios. Por ejemplo, la ley electoral transitoria de abril de 2009 donde lo ideal eran 36 circunscripciones indígenas el MAS propone 15 y se termina aprobando solo 7; las listas de candidatos a la Asamblea Legislativa Plurinacional donde hay una presencia visible de personas de clase media, su intento de acercarse a regiones o más exactamente ciudades donde tiene menos simpatía, etc. O, por último, la forma como acepta la propuesta autonómica, tan vilipendiada antes, y que ahora es su bandera política.

En suma, hoy vivimos un nuevo tiempo político caracterizado por la a) dominio discursivo en el sentido de que hoy los discursos políticos para validarse necesitan hacer uso de elementos como nacionalismo e identidad étnica, b) por la iniciativa política que, al tener mayoría en el congreso hace que tenga también de su parte las iniciativas políticas y c) por su mayoría electoral que lo convierte en el único partido con real presencia a lo largo y ancho del país.

Por su parte, tenemos una oposición dividida, que ante su poca presencia nacional intenta rearticularse desde las regiones. Para ello es necesario que cambie su discurso y sus emisores. Hasta ahora el discurso de la oposición local ha girado sobre todo en la apelación a la dignidad sucrense y a la memoria colectiva en torno a los hechos de la Calancha. De una u otra manera esta apelación tuvo frutos con la candidatura de Savina, sin embargo, es posible suponer que la victoria del MAS en las elecciones presidenciales está mostrando los bordes y límites de un discurso que no puede mantenerse en el largo plazo. Los discursos políticos suelen hacer apelación al pasado, pero a condición de prefigurar el futuro, cuando solo apelan al pasado se estacan y cuando solo apelan al futuro carecen de identidad. El discurso de la oposición habla mucho de muertos pero poco de autonomías, mucho de pasado y poco de futuro. La política es sobre todo prefiguración de futuro que trata de incluir y no de excluir. Cosas elementales pero que muchas veces son olvidadas por quienes pretenden ser los conductores de esta región.

jueves, 21 de enero de 2010

ALBERT CAMUS A MÁS DE 4000 METROS


Descubrí a Albert Camus, cuando cursaba los primeros semestres de la carrera de economía en la Universidad Tomás Frías de Potosí. En aquellos años el ambiente académico y político universitario estaba dominado por las corrientes marxistas ortodoxas, que satisfacían su curiosidad con manuales de Martha Harnekcer, Georges Politzer y las distintas variantes de textos que ofrecía la Academia de Ciencias de la URSS. Se los leía, interpretaba y releía como textos cuasi sagrados a los cuales, en nuestras tertulias, citábamos con fe de idólatra, reuniones que aceitábamos con abundante café en un local de nombre solitario y triste, “El Only”.

Algunos de nosotros, además de neófitos ideólogos éramos aprendices de escritores. Leíamos con profusión rotunda a Gabriel García Marquez; Vargas Llosa, Cortázar, Borges y Sábato, a quienes admirábamos y emulábamos sin éxito en algunos escritos y poemas, mismos que deben estar merecidamente confundidos en algún cajón o convertidos en fuego, humo y olvido. Los otrora admiradores de Borges y Sábato hoy se parapetan detrás de un escritorio de oficina y los admiradores de Vargas Llosa y García Marquez hoy engrosan las filas de consultores de ONG. Nada más lejos de la literatura y de los sueños.

Llama la atención que en nuestros escuálidos libreros nunca hayan estado escritores bolivianos. Alcides Arguedas, Carlos Medinacel o Franz Tamayo, no eran nombrados en nuestras reuniones, o muy escasamente. Eran escritores que los habíamos leído como quizá nunca se debe leer la literatura: en el colegio, obligados y por una nota de aprobación. A esto habría que añadir que eran novelas “realistas” un poco ya irreales para esa época donde las ciudades y sus problemas invocaban otro tipo de temas y de narrativas, y que justamente trataban esas “otras” literaturas. Nos identificábamos más con el Horacio de la Rayuela de Cortázar que con Adolfo y Claudina de La Chaskañawi de Medinaceli, nos dolía más los avatares de Juan Pablo Castel de el El túnel de Sábato que los problemas onanísticos del Estudiante enfermo de Porfidio Diaz Machicado y, por supuesto, nos parecía más inquietante descubrir a Mersault de El Extranjero de Camus que leer todos los Epigramas griegos de Franz Tamayo. Estábamos “colonizados”, qué duda cabe.

De Camus nos llamaba la atención su explícita constatación del absurdo como horizonte filosófico, la constatación de que la vida humana tiene un fin que nunca podrá ser logrado y menos conocido por el hombre. De que a su manera, todos somos como Sísifo, que sentenciado a cargar una piedra hasta lo alto de una colina, la misma cae y rueda cada vez que Sísifo está para terminar su labor, lo que remidiría de su pecado y su (eterna) condena.

De alguna manera, esta filosofía del absurdo es la que está narrada y caracterizada en la vida a Mersault, personaje central de su primera novela El extranjero. Este solitario ser que deambula por Argel carece de la creencia en las convenciones y creencias en uso. Su relación con los hombres y mujeres es fría y maquinal, ve a vida con una irónica y casi cómica indiferencia: asiste al entierro de su madre con la misma indiferencia y pasividad con la que acepta casarse con su novia no por creer en el matrimonio sino por que justamente, para Mersalut, esta institucion consagrada por la leyes y la iglesia, no significa nada.

Esta sorda enemistad entre las convenciones se hace más patente cuando Mersault asesina a un Árabe en una tarde en que el sol le calentaba demasiado la cabeza. Es condenado a muerte en un juicio donde lo que se juzga no es tanto el crimen en sí, sino el comportamiento atípico y amoral de Mersault. Son dos concepciones distintas enfrentadas la del estado y la sociedad que defiende un conjunto de crerencias y un individuo que descree completamente de ellas. Es el estado frente al individuo, la grey frente a la crítica o de manera general, la sociedad capitalista frente al hombre libre.

Pese a las lecturas nihilistas de Camus, que interpretaban que su filosofía era una invitación a la ataraxia moral o al suicidio. El mismo Camus en su El mito de Sísifo se encargaba de aclarar esto sosteniendo que la grandeza del ser humano estaba justamente en que a pesar de la constatación de la absurdidad de la vida, el hombre, era y es capaz de vivir y de dar sentido a su vida.

Esto que a primera vista parece sencillo, no lo es. De hecho impone una gran tarea: le pide al hombre hacerse cargo de su libertad. No hay un dios ordenador de la vida del hombre que prometa una vida o un cielo más allá del que existe, es decir no hay cómo encontrar un oscuro sentido a lo que pasa o, en otras palabras, no hay a quien derivarle los efectos que tiene nuestra libertad. Esta concepción, del hombre, que puede encontrar esperanzas aún bajo la constatación del absurdo de su esfuerzo se encuentra retratada en su novela La peste, publicada cinco años después y que narra el valor de una ciudad que a pesar de lo inútil de su lucha contra la plaga, puede creer en la solidaridad, la ética y la esperanza.