El nacionalismo ha vuelto al primer plano de los
discursos políticos. Es una tendencia mundial que, como una sombra en el
atardecer, se va extendiendo en varios países del mundo. No es que antes no se
apelaría al nacionalismo – como referencia a las características supuestamente únicas
y homogéneas de un país- sin embargo esto era atenuado por la referencia a la
diversidad, a la tolerancia y a la posibilidad de construir políticas que hagan
de la convivencia entre diferentes algo paralelo a la modernidad. Grandes
pensadores como Jurgen Habermas o Will Kymlicka dedicaron sendos estudios a
pensar su posibilidad: la acción comunicativa tanto como la apertura hacia políticas
multiculturales se ofrecían como mecanismos para la edificación de estados
democráticos.
Sin embargo
esto puede ser solo una ilusión. En países como España, Francia, Alemania
han ido apareciendo movimiento políticos nacionalistas cuyo principal argumento
se resume en un pleonasmo simple pero muy efectivo: Francia para los franceses,
España para los españoles y Alemania para los alemanes. Por ejemplo el líder
ruso Vladimir Putin afirma que los extranjeros estarán bienvenidos a Rusia siempre
y cuando se amolden a la vida y modo de ser de los rusos, lo que en otras palabras
quiere decir son los considerados extranjeros (con toda la carga de
subjetividad que eso representa) los que deben cambiar sus formas de vida y
creencias bajo el riesgo de ser expulsados si no lo hacen. Esto en los hechos
implica un conjunto de atentados a las minorías étnicas que implican su virtual
desaparición o su reacción violenta.
En Europa el
nacionalismo goza de muy buena salud, en Francia un partido como el Front National de Jean-Marie Le Pen ha
logrado importantes avances y popularidad y, en gran Bretaña, partidos
nacionalistas como UKIP de Nigel Farage que defienden el discurso de salir de
la comunidad europea ha ganado presencia y extensión. El nacionalismo antes de
atenuarse se ha fortalecido.
En los
Estados Unidos la cosa no es distinta. El pasado viernes 21 de julio, ha sido
entronizado como candidato del Partido Republicano el magnate neoyorquino Donald
Trump, un empresario de bienes raíces, cuya propuesta gira en construir un muro a lo largo de la frontera con México y en expulsar a los
musulmanes de su país. Donald Trump que al principio del proceso de selección
postulante a la presidencia del partido republicano parecía un rubio payaso
destinado a ser una anécdota más o menos olvidable, hoy ya como candidato oficial
tiene la posibilidad de que ser presidente de una de las naciones con mayor
influencia mundial y mejor equipadas militarmente, lo que lo hace doble o
triplemente peligroso.
De manera general, tanto la
migración, la crisis económica y el desempleo han sido los ingredientes de un
cóctel explosivo que ha derivado en nacionalismo y xenofobia. A estos factores se
suma otro que, por de pronto, no parece que tenga solución: el terrorismo. Hoy
los países europeos pasan por un momento en que el temor a los ataques
terroristas legitima los discursos nacionalistas y xenófobos que prometen
seguridad a costa de la expulsión de los migrantes y construcción de barreras a
su ingreso.
Empero estas no son soluciones, de
hecho lo que hacen es agravar el problema, convertirlo en un círculo vicioso
donde la represión y ataque al extranjero no hace otra cosa que generar
adhesiones hacia los grupos radicales tanto de un bando como de otro. La
sociedad se dirige hacia la configuración de guetos donde cada país fabrica comuniddes cerradas no solo ideológica y culturalmente sino también territorial
y físicamente.
Como
siempre el discurso nacionalista da grandes réditos políticos y electorales.
Detrás de todo político que canta fervorosamente un himno nacional y que dice
defender la nación del extranjero está un personaje que busca aumentar su
poder. Los nacionalismos no son nada inocentes, no solo son una defensa de una
historia en común, de una veneración de héroes y de mitos, son también
poderosos esquemas que legitiman discursos y reacciones excluyentes que al
final son la base para la aparición de estados que recortan libertades y
construyen muros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario