jueves, 30 de agosto de 2012

ALCALDÍA DE SUCRE: MUCHOS ALIADOS Y POCA GESTIÓN


Las noticias que tenemos de la alcaldía no son nada alentadoras. Hay denuncias y peleas entre los componentes de la coalición, con acusaciones mutuas de obstruccionismo, corrupción, nepotismo y “pequismo”, que no hacen otra cosa que mostrar una alcaldía en crisis, sin rumbo y horizonte. De esta manera, el importante respaldo y legitimidad conseguido en las urnas por Moisés Torres Chivé, corre el riesgo de convertirse en desazón e indiferencia en la ciudadanía.
A continuación tratamos de ensayar algunas explicaciones que pueden ayudarnos a entender este fenómeno:
a)      Ausencia de sintonía entre el Ejecutivo y el Consejo municipal. En el municipio de Sucre se da la paradoja de que el Consejo responde a una correlación de fuerzas del año 2010 y el alcalde a una realidad política del 2012; de esta manera no solo que hay concejales que están sobrerepresentados como agrupación ciudadana, sino que algunos de ellos no representan a ninguna fuerza política porque ella ha dejado de existir, es el caso de Nueva Alternativa Ciudadana NA-C, por ejemplo. Ante este panorama es lógico que estos actores, basen sus estrategias políticas en meros proyectos personales y no políticos y negocien a cada momento su respaldo al Alcalde.

b)      Limitada capacidad de maniobra política del alcalde. Como se sabe, Moisés Torres es producto de una rápida e inédita coalición que hace que, a nivel interno, haya una ausencia de un eje ordenador que sea capaz de cohesionar a las diversas fuerzas que componen la coalición que, como se sabe, formalmente son el UN, PAIS y LIDER donde también existen grupos informales que presionan por cuotas de poder . Lo que más se asemeja a la alcaldía actual, es a un conjunto de pequeños feudos que antes que coordinar, disputan entre si, impidiendo y ralentizando la gestión municipal.

Por tanto, no se nota el cambio prometido. La alcaldía no solo que no arranca con proyectos, sino que no puede cumplir mínimamente  su rol de ordenador de la ciudad.  Sucre sigue sumida en el desorden y el caos automotor, con calles donde cada vez hay menos espacio para el ciudadano que, atónito, tiene que caminar por  veredas inundadas por comerciantes de toda laya; las calles han sido convertidas en ferias permanentes; los barrios se inundan de basura y uno tiene la sensación de que la gestión del Alcalde tiene otras preocupaciones, menos la suerte de la ciudad.
Ante esto la gestión de Moisés Torres ha tratado de “mediatizar” su gestión (hacer ver en los medios de comunicación aquello que no se da en la realidad): como no existen políticas para eliminar la venta y consumo masivo e indiscriminado de alcohol, genera noticias donde al alcalde se lo ve echando al caño miles de litros de leche de tigre; como el problema de la higiene y la basura es cada vez más apremiante, algunos sábados, el alcalde, ayuda a limpiar los mercados y algunos barrios; como el problema de tráfico vehicular es cada vez más intolerable, coloca una cuantas simpáticas e insuficientes cebras en el centro de la ciudad.
Todo esto ha configurado un panorama de debilidad política del Alcalde, que hoy sufre las mismas paradojas que tuvo la gestión de la exprefecta Sabina Cuellar: muchos aliados, pero poca gestión; muchas alianzas pero pocos proyectos; muchos amigos pero pocas pegas.

1 comentario:

payorivero dijo...

Si me permites, es un problema de modelo y metodología de gobernabilidad.
Claro, el caso responde también a factores electorales y coyunturales, como la composición sui generis del Concejo Municipal, pero es sin duda una llamada clara de atención a quienes piensan en la "unidad" frente el "otro" como una respuesta política per se.