viernes, 13 de septiembre de 2024

Comentarios al libro Malpaís de Cesar Rojas Ríos


En la última década se ha producido un interesante debate en torno a la meritocracia. Filósofos como el profesor de la Universidad de Harvard Michael Sandel en su libro
 Tiranía de la meritocracia sostiene que buena parte de los conflictos políticos y sociales que aquejan a nuestras sociedades tienen que ver con la lucha por el éxito y por el consiguiente resentimiento de aquellos que no tuvieron la suerte de abordar el ascensor del prestigio social. Por ello, Sandel propone repensar en una  búsqueda de una sociedad donde prime el bien común más allá “de tanta clasificación y tanto afán de éxito”.

En contraposición a Sandel la ensayista y periodista francesa Sophie Coignard en su libro La tiranía de la mediocridad plantea la paradoja de que, justamente aquellas personas que hoy están contra la meritocracia son nacidas en familias de clase media y hasta humildes, entre ellos el propio, Sandel y otros (Bourdieu, Foucault) que llegaron por sus esfuerzos y talento a las altas cumbres del prestigio social y académico sin que su origen haya sido un obstáculo. La segunda postura que tensiona la hipótesis de Sandel es del filósofo norcoreano, Byung-Chul Han cuyo libro La sociedad del cansancio hace una crítica demoledora de la sociedad del éxito, que habría provocado una suerte autoexplotación de los sujetos, al punto de generar una sociedad neurótica y al borde la psicosis colectiva. 

 

Ahora bien, lo curioso es que estos son asuntos propios de las  sociedades occidentales, no de las latinoamericanas ni peor aún de la boliviana. El libro Malpaís. Asenso de los mediocres seriales y muerte en vida de las instituciones de Cesar Rojas, parte de esta postura y creo que abre la senda de una nueva perspectiva que permite estudiar y entender mejor nuestro país.  

 

Rojas propone que el problema en Bolivia no es que lleguen al éxito los que tienen merito sino que tienen demérito. El dilema no es que arriben los mejores a la cima y desde ahí vean con desdén a los que aun esforzándose no logran el éxito. No. El problema es que llegan los peores a la cima y desde ahí miran con soberbia a los mejores. El asunto no es que la personas hayan alcanzado las altas esferas de la responsabilidad social y política por su méritos sino que son los medianos los que han logrado colocarse en estos lugares. 

 

Estos mediocres “pomposos sin conciencia de su mediocridad van en busca de los reflectores sociales” y hoy han tomado las altas responsabilidades institucionales y hoy están como directores de empresas estatales, como ministros, como  gobernadores, como alcaldes y como autoridades académicas  sin que se les sonroje la carta de verguenza por estar en puestos para los cuales no tienen ni la más mínima capacidad. Han llegado a esos espacios apañados por procesos electorales “degradados, alejados de la deliberación y el debate informado y razonados” prometiendo dádivas y ventajas, regando alcohol y abundante comida en las gargantas de sus acólitos, prometiendo todo sin que, naturalmente, puedan cumplir ninguna de sus propuestas por la básica razón de que están absolutamente descalificados hacerlo.

 

Por eso, es casi una extravagancia, una utopía, el rediseño de las instituciones bajo la promesa de mejorar las eficiencia y eficacia de las mismas. El texto sostiene que existe una simbiosis entre lo degradada que está la institución y lo mediocres que la dirigen. “La institución vale lo que valen las personas”, dice Rojas. En estas condiciones “la tarea infatigable no es el rendimiento institucional, sino el acrecentamiento de poder: más poder, mejor; más alto el cargo, mejor; más ingresos, mejor. Y así siguen alimentando el bucle”.

 

Por eso y siguiendo el razonamiento de nuestro autor, quizá el problema en Bolivia tenga que ver con el Estado o con el estado del Estado. Tenemos instituciones débiles que son capturadas por los mediocres. Aquí no es que el Estado tenga normas y reglas que limiten el avance de los mediocres sino que es un Estado que pacta con ellos, que convive con ellos. Es un proceso de secuestro institucional donde el jefe y sus camarillas se fagocitan a la institución  que “ya no hace lo que debería, más bien hace lo que no debería”.

 

De este modo, las instituciones en nuestro país son entes que crecen y se desarrollan a la inversa de los fines para los que fueron creadas.  Los mediocres y sus camarillas contruyen normas internas, desarrollan una institucionalidad paralela, creada para sostener en el poder al jefe y para mantener en sus privilegios a sus fieles camarillas. La disputa politica, en estas condiciones, no es una lucha entre  propuesta o ideologías distintas, como deberia ser, sino camarilla contra camarilla, cheque contra cheque y billete contra billete, igual que en el siglo XIX. 

 

No podria dejar que mencionar una propuesta metodológica del libro que sostiene que los mediocres se definen por que aman la cantidad, adoran lo enorme. Esto es un indicador infalible. Los mediocres son constructores de edificios, de canchas, de grandes bloques de cemento; son los que convocan a marchas y desfiles multitudinarios . Son los que alientan a coser la bandera más larga del mundo, a cocinar el mondogo mas grande del mundo, a hornear la salteña mas enorme del mundo, todo grande y pomposo, como corresponde para tapar su medianía, su letal mediocridad. 



Finalmente ¿Cuál el desafio que César Rojas platea a nuestra sociedad? ¿Cómo cambiar esta situación? El autor en varias partes de su libro hace alusion al mito de Sísifo, donde lo recurrente es que “la piedra solemne de las esperanzas vuelva a rodar colina abajo, al llano de la frustración y la desesperanza, para hoy tener que plantearnos levantarla nuevamente desde punto cero”. Quizas esa sea la pauta para el momento de hoy. Luchar desde donde toque, para hacer sonrojar de vergüenza al mediocre que ha asaltado las instituciones. Finalmente, Sisifo en un héroe absurdo pero héroe al fin, donde la certidumbre del fracaso no aminora el empuje de su lucha. 

 

 

Sucre, julio de 2024

 

 

 

 

 

 

 

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