jueves, 8 de marzo de 2018

EL AZUL DEL MAR Y EL AZUL DEL MAS


Hasta antes de  que el tema del mar cubriera la agenda pública, el MAS había perdido por completo la iniciativa política. En el mes de enero el gobierno  tuvo que lidiar con las protestas generadas por los médicos en torno al nuevo código de procedimiento penal y, en febrero, hacer frente a la ola de defensa del voto del 21 F. En ambos casos, contra las cuerdas, el gobierno tuvo que resolver  temas de una agenda generada por otros actores, ajenos a su órbita política. Por ello, muy a pesar suyo, anuló la ley de código penal y tuvo que sacar a sus movimientos sociales a las calles para mostrar un poderío cada vez más débil en las calles.


En marzo el gobierno retomó la iniciativa con el asunto del mar y buscó sacar el mayor rédito político del tema. Por una parte promovió y obligó a las diferentes instituciones estatales a “coser” una bandera azul con el fin de desplegarla a lo largo de más de 100 kilómetros y, por otro, invitó a los  exmandatarios y políticos para que acompañen a Morales a la Haya, para estar presentes en la fase de alegatos.  Con la bandera azul se intentaba una extraña e improbable simbiosis entre MAR y MAS y, con lo segundo, se  buscaba colocar a Morales como un líder nacional en torno al cual gira la política boliviana.

Empero esta intención desde un principio estuvo pésimamente gestionada.  Por un lado, el MAS en su afán de capitalizar políticamente todo el proceso de demanda a Chile, cometió la grosería de pintar de azul a la bandera reivindicativa, arrinconando la tricolor boliviana y la multicolor wiphala y poniendo al desnudo su interés por generar un símil entre el azul del mar y el azul del MAS; y, en su afán de colocar a Morales como el gestor de todo el proceso, como el líder que logra la unidad nacional, procedió a invitar a que lo acompañen a la Haya a líderes que carecen de representatividad y que, al igual que el presidente, están esperando la mínima oportunidad política para ganar protagonismo. Esto es lo que hizo Jaime Paz al rechazar la invitación; y esto es lo que probablemente está haciendo Tuto Quiroga, demorado en evaluar si el rédito político es mayor si va o no a la Haya.

Si Morales esperaba que con el tema del MAR podía recuperar su popularidad perdida, cometió un error de proporciones. Los temas que están en la agenda pública son el respeto al 21F, la mejora de la justicia, la solución estructural al tema de la salud y la seguridad ciudadana; demandas donde el gobierno carece de propuestas y que lo estarán esperando apenas retorne de Holanda. Ahí verá que los records guinnes sirven para hacer un libro y asi pasar a la posteridad, pero que no son útiles para imaginar horizontes de futuro, que es lo que hoy el país está esperando.


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