martes, 11 de agosto de 2009

¿El racismo: retórica del discurso político?


El otro día pasaba por el atrio de la Universidad y me llamó la atención un bloqueo sumado a los gritos de estudiantes que no se qué pedido tenían. No era una habitual demanda estudiantil, es decir estudiantes contra autoridades. Aparentemente, también, en medio, había una lucha entre los propios estudiantes, mismos que, agrupados se gritaban e insultaban mutuamente. Pero eso no era lo desagradable, sino que, entre ambos bandos, de pronto, se empezaron a lanzar insultos racistas. Un grupo llamaba potosinos a los otros y los otros, en respuesta, les espetaban que eran unos llameros, en clara alusión a la indianidad de los otros.

Si este tipo de actitudes fueran hechos aislados que surgen de vez en cuando, pase, pero, lamentablemente no es así, gran parte de los gritos de protesta que se profieren hoy, tienen ese contenido claramente racista. Como aquellas frase que dice: “antes eran botas y ahora son ponchos y ojotas” o el otro que dice “el que no salta es llama”.

Lo grave de esto es que cuando el insulto racista se hace habitual, cuando se naturaliza el denigrar al otro con apelativos que tienen que ver con la condición étnica de una persona, o peor aún, cuando el insulto racista se hace parte de la lucha política, las ideas políticas se convierten en meros slogans y cliches que se repiten infinita y acríticamente, lo que a la larga es un terreno propicio para los autoritarismos.

Por supuesto que esto pasa en varias partes del país. En distintos escenarios y con distintos actores hay insultos racistas, sin embargo, es bueno recordar lo peligroso que es para la convivencia pacífica de la sociedad, el hacer de las expresiones racistas un recurso retórico del discurso político.

2 comentarios:

javier dijo...

Me alegra que hayas vuelto a tu blog, siempre tan punzante pero a la vez tan comprometido. comparto tu preocupación por las manifestaciones racistas, las que percibimos cada día, a cada instante, en el trabajo, en las calles, en los mercado, en los micros. Hoy estamos frente a la pared, o eres "indio" o "blanco" y lo cotidiano es confrontación racista y creo que las campañas políticas también serán definidas desde ese discurso. felicidades por tu nota y gracias por compartirla.

Unknown dijo...

Cuando mis dos niños -que estudian en el colegio Sagrado Corazón de Sucre- hace algún tiempo atrás escucharon y vieron por televisión el anuncio de autoridades gubernamentales de que los escolares recibirían un monto de dinero denominado "bono Juancito pinto", rebozaban de alegría por cuanto entendían en su lógica de niños que era algó así como su primer sueldo y reconocimiento por ser estudiantes, y que -como las misma autoridades lo dijeron- podían gastarlo en útiles escolares y otros relacionados con su actividad escolar. Lamentablemente, su ilusión se transformó prontamente en decepción y frustación cuando les hice caer en cuenta -aunque reconozco que no pude hacerles entender- que ese bono estaba solamente destinado para niños de escuelas fiscales y no así para quienes estudiaban en escuelas particulares, porque en su inocencia ellos se consideran igual que los otros niños, con los mismos derechos a jugar, estudiar, recibir cariño, llevar un nombre, etc., no comprendiendo el por qué las autoridades hacen esa diferencia entre colegios fiscales y particulares: acaso las ilusiones y sueños no son los mismos?, esa diferencia que se hace al seleccionar a quienes se paga el bono Juancito Pinto y a quienes no, no marca ya de por sí una línea discriminatoria entre los mismos niños?. Si la Ley N° 045 contra el Racismo en su artículo 5, inciso a) establece que DISCRIMINACIÓN es, entre otras cosas distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en ... condición económica..., podría justificar que no recibirán el bono con el argumento de que "ellos estudian en un colegio particular porque sus padres tienen dinero"?. Ellos no lo entenderían no porque sean menos inteligentes, sino porque se consideran con iguales derechos que los otros niños. Al final, tuve que decirles que la presunción que se maneja es seguramente que quienes estudian en colegios particulares es porque están en mejores condiciones económicas que otros niños que estudian en colegios fiscales, y que no necesitan el dinero de ese Bono, -diferencia entre ricos y pobres-?, pero ellos no lo entendieron así y siento hasta ahora que se sienten excluidos y marginados por esa diferenciación, como niños que son.