De la noche a la mañana, la oposición política sucrense pasó de la alegre victoria con la que recibieron los resultados de la elección prefectural a una especie de asombro que los paraliza y, en algunos casos, les hace negar la realidad. No hay dato alguno que vislumbre un poco de autocrítica, empeñados en creer que su derrota se debe a un padrón electoral amañado y una corte electoral parcializada, olvidan que esa misma corte y ese padrón electoral fue la que hizo de Savina Prefecta. ¿En tan pocas semanas se pudo “truchar” el padrón electoral y en tan poco tiempo los miembros de la Corte Electoral, se pusieron de lado del gobierno? Cuesta creerlo.
Sin embargo la intención de este artículo no es la discutir esta postura sino la de presentar algunos elementos de juicio que señalen algunas explicaciones de la victoria departamental del MAS. De todas maneras, vale aclarar que la derrota de la oposición no fue del todo contundente, ya que en Chuquisaca no ganó el MAS como lo hizo en Potosí o La Paz. No obstante, creo que el referéndum marca no tanto un resultado sino una tendencia que de continuar puede dejar al departamento sin capitalía y sin autonomías.
Sin embargo la intención de este artículo no es la discutir esta postura sino la de presentar algunos elementos de juicio que señalen algunas explicaciones de la victoria departamental del MAS. De todas maneras, vale aclarar que la derrota de la oposición no fue del todo contundente, ya que en Chuquisaca no ganó el MAS como lo hizo en Potosí o La Paz. No obstante, creo que el referéndum marca no tanto un resultado sino una tendencia que de continuar puede dejar al departamento sin capitalía y sin autonomías.
En un anterior artículo sosteníamos que el discurso de la Alianza del Comité Interinstitucional (ACI) tenía dos elementos básicos: la lucha por la capitalía y las autonomías departamentales. Con la capitalía lograron interpelar a la sociedad sucrense y consolidar hegemonía política local y con las, autonomías, lograron simpatía y apoyo de los líderes de la media luna barnizando su discurso de modernidad.
Los efectos de este discurso fueron exitosos: al poner a a la mayoría de los sucrenses en contra de Evo Morales del MAS lograron un respaldo electoral contundente a la candidatura prefectural de Savina Cuellar. Sin embargo, este discurso también mostró sus límites, ya que se vio era que incapaz de traspasar las fronteras citadinas. A la luz de los resultados electorales se pudo notar claramente que el campo votó mayoritariamente por el candidato del MAS, Wálter Valda y la ciudad de por Savina Cuellar.
La razón es simple aunque poco visible: la capitalía y la autonomía son discursos emitidos desde la ciudad y para la ciudad de Sucre y por tanto incapaces de ser válidos en el ámbito rural. ¿Qué le puede interesar, como beneficio inmediato, el traslado de los poderes a Sucre, cuando lo que necesita es caminos para hacer llegar sus productos a sus mercados? ¿En qué cambia su realidad el hecho de que los poderes estén en Sucre?¿Cómo puede interpelar a un campesino guaraní el discurso autonómico, cuando este campesino tiene el suyo propio?
No obstante, esta realidad, no fue tomada en cuenta por los líderes de la ACI. Con una patente soberbia continuaron creyendo que se podía construir proyecto político departamental sin tomar en cuenta a los campesinos. Equivocadamente, continuaron ganando confianza con los líderes de la media luna y profundizaron sus divergencias con el campo. A la vez que ratificaban su fidelidad al Consejo Nacional Democrático (CONALDE), imponían, dentro del Consejo Departamental, a personas de su línea política y no aceptaban el criterio de las provincias. En el momento en que colocaban como condición sine qua non las disculpas del presidente para que éste llegue a Sucre, no habían acciones para sancionar a los que vejaron campesinos el 24 de mayo pasado.
En suma, el discurso del ACI, no puede convertirse en proyecto político departamental por que sus componentes discursivos son cerradamente citadinos. La elite política sucrense, que trata de imitar a sus pares cruceños, no toma en cuenta que la hegemonía de la elite cruceña no está hecha en base a la negación de los campesinos sino más bien de su inclusión lo que es, al final, la base de su hegemonía departamental que va más allá de lo local. Se puede ciertamente criticar la naturaleza de esta inclusión, que claramente es subordinada, pero esa es otra historia. Lo que aquí queremos resaltar es que la hegemonía departamental deviene de la construcción de un proyecto departamental incluyente y no de un proyecto parcial y negador de la otredad indígena.
Hasta ahora el discurso del ACI ha girado sobre todo en la apelación a la dignidad sucrense y a la memoria colectiva en torno a los hechos de la Calancha. De una u otra manera esta apelación tuvo frutos con la candidatura de Savina, sin embargo, es posible suponer que la victoria del MAS está mostrando los bordes y limites de un discurso que no puede mantenerse en el largo plazo.
Es necesario preguntarse ¿hasta cuándo este discurso tendrá validez? Los discursos políticos suelen hacer apelación al pasado, pero a condición de prefigurar el futuro, cuando solo apelan al pasado se estacan y cuando solo apelan al futuro carecen de identidad. El discurso del ACI habla mucho de muertos pero poco de autonomías, mucho de pasado y poco de futuro. La política es sobre todo prefiguración de futuro que trata de incluir y no de excluir. Cosas elementales pero que muchas veces son olvidadas por quienes pretenden ser los conductores de esta región.
Sucre, 17 de agosto de 2008
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